Ínigo Marín Palacios, máster en Value Investing y Teoría del Ciclo de OMMA product manager en Euromadi Ibérica, es ya oficialmente el primer colaborador de nuestro recién estrenado CLUB DBF. ¡Gracias Íñigo ?! Y comenzamos con un artículo resumen de la interesantísima conferencia que presenció del economista alemán, Juergen Donges, bajo el título:
DIEZ AÑOS DESPUÉS: ¿ANTE UNA NUEVA CRISIS ECONÓMICA?
Lugar: Fundación Rafael del Pino
Fecha: 14 de noviembre de 2019
Hace diez años el sistema estuvo a punto de quebrar. A diferencia de la Gran Recesión de los años 1929 y 1930 los gobiernos y los bancos supieron reaccionar. Fueron capaces de tomar las medidas necesarias para restablecer en un tiempo moderadamente corto la confianza dentro del mercado. La confianza de los agentes es la piedra angular del sistema económico. El período de crecimiento, recuperación, que hemos tenido desde aquel momento ha sido inusitadamente largo. Ahora, diez años después de aquella pesadilla, vuelve a resurgir el fantasma de repetición de la gran crisis. La pregunta que debemos hacernos todos es ¿por qué surge el pesimismo?
La situación a la que nos enfrentamos es atípica como consecuencia de una serie de shocks adversos que han aparecido en el mercado y frente a los cuales los agentes económicos no pueden hacer nada. Los shocks son los siguientes:
- Guerra comercial entre EE.UU y China, que desestabiliza el comercio y su organización.
- El Brexit: dislate que afecta a todos los países vinculados a Gran Bretaña – Irlanda, Escocia, Francia y Alemania, fundamentalmente.
- Italia: El problema más grave de todos. Todo el espectro político italiano no respeta las reglas de juego establecidas dentro de la Unión Europea y que ellos previamente han aprobado y firmado. Es un país importante, la cuarta economía de la Unión Europea, en términos de PIB, que no hace las cosas correctamente.
- Cambio climático. Es un auténtico disparate. Es un debate que a nivel de política económica nunca se cierra. Esto afecta de manera importante a las decisiones de los agentes en materia de inversión a medio plazo.
- Política migratoria: A nivel de la Unión Europea somos incapaces de diseñar y aplicar una política común.
- Auge del populismo. Esto afecta al posible intervencionismo de los gobiernos.
Todos estos posibles shocks hacen que las empresas no tengan expectativas de crecimiento económicos y optan por no invertir. De ahí que la zona euro haya perdido dinamismo y en ella ya no suena la “música económica”.
En los últimos tiempos en la zona euro el siempre dinámico sector industrial está actuando como freno del desarrollo económico (PMI – ver gráfica – Manufacturero UE octubre 2019 46,2).
Como ejemplo paradigmático tenemos el sector de la automoción, donde se ha tomado a nivel político la imprudente postura de demonizarlo. En Alemania este sector es el 20 % del PIB y el 14 % de los empleos totales. Además, la industria alemana infravaloró las exigencias medioambientales al sector y ahora se han dado cuenta de que esas exigencias iban en serio.
En este entorno de incertidumbre, se retoma las teorías de Jeremy Rifkin sobre “El fin del trabajo” y aquellas que claman que debe haber inflación. A juicio de Donges la primera fue errónea en su momento y vuelve a serlo ahora. Siempre se da la desaparición de unos empleos con la aparición de otros nuevos que aportan mayor valor. En cuanto a la inflación, debe ser moderada para que funcione correctamente el sistema de precios relativos y no haya un impuesto encubierto sobre los patrimonios. Si se cumpliera la curva de Philips, que indica que hay correlación entre el pleno empleo y un incremento de la inflación, en el momento actual, con algunos países de la zona euro con pleno empleo, como por ejemplo Alemania, debería haber un repunte de la inflación. La situación actual contradice la curva de Philips. Este hecho tiene tres razones fundamentales:
- Las empresas se han acostumbrado a no subir precios. Hay tal nivel de competencia en algunos sectores que los agentes no se atreven a subir precios. Por lo tanto, se ha asumido que, si no se pueden subir precios, cualquier subida de los costes de la empresa, va a incidir directamente en la cuenta de explotación de la compañía.
- La digitalización de los procesos ha mejorado la productividad y por lo tanto los costes de producción.
- Tenemos plena transparencia de precios con la consiguiente mejora de la eficiencia de los mercados. Cualquiera tiene medios para buscar el mejor precio de un producto comparando ese mismo producto en todos los canales posibles.
Considerando todo lo anterior, si observamos la Unión Europea, podemos clasificar los países según su situación económica, en dos grupos, con dos velocidades: Un grupo de cabeza formado por Francia y España y un segundo grupo que lo forman Alemania e Italia.
Si nos centramos en España, cabe resaltar, que en los últimos meses todos los indicadores económicos, calculados por el propio gobierno de España, se han deteriorado y las expectativas para el corto/medio plazo tanto de la comisión europea como del gobierno de España se han rebajado. Además, parece ser, que se va a formar un gobierno cuyas recetas se van a basar en mayor intervención estatal, incremento del gasto público y subida de impuestos. Parece como si se quisiera someter a la economía española a una prueba de stress que no tiene mucho sentido.
Por otra parte, Alemania, cuya economía es el 18 % de PIB de la zona euro, tiene a su sector industrial evolucionando peor de lo deseado. Las razones de este deterioro son:
- Alemania es un país netamente exportador; en el momento presente se está produciendo una ralentización del comercio internacional y unas tendencias proteccionistas que están afectando de manera significativa a la industria alemana.
- Alemania se ha quedado atrás a la hora de adaptar su sector automovilístico a las exigencias establecidas en las regulaciones medioambientales. Parece que, a corto plazo, por confiarse demasiado, el sector en Alemania ha perdido este tren.
- Carencia significativa de mano de obra. El gobierno alemán puso en marcha una política de prejubilaciones incentivadas que ha sacado del mercado a un número significativo de profesionales de alta cualificación y con gran experiencia. Alemania tiene pleno empleo en gran parte como consecuencia de esta medida.
En general a los políticos no les gusta la palabra recesión. Otros no entienden que el ciclo económico forma parte del capitalismo y de la economía de mercado.
Después de 7/ 8 años de crecimiento ininterrumpido, casi se nos olvida de que existen los ciclos económicos. La recesión limpia el mercado, obliga a dejar de destinar recursos a operaciones no rentables y surgen nuevas empresas que asignan eficientemente el capital.
Para que Europa avanzase más firmemente en la buena dirección, necesitaría dos estructuras financieras de las que carece actualmente: un mercado de capitales común a toda la unión y un mercado de capital riesgo más parecido al americano.
Europa también mantiene una política monetaria ultra expansiva. Sus principales consecuencias son: la capacidad de ahorro decae, la asignación ineficiente de los recursos económicos, la aparición de burbujas y aumento desproporcionado del endeudamiento.
Todo lo enumerado anteriormente ha llevado a la japonización de la Unión Europea; y eso no lleva a puerto seguro (bajo crecimiento, baja inflación y población envejecida).
Como ejemplo tenemos la política expansiva de Greenspan cuyo período superexpansivo terminó en la grave crisis iniciada con la caída de LB.
Los gobiernos europeos son los que tienen que abordar las reformas en sus propios países. El Banco Central Europeo no tiene capacidad para compensar la ausencia de reformas de éstos. En los últimos meses se está exigiendo al Banco Central que prime las políticas relacionadas con lo verde. Los Bancos Centrales no están para eso.
En la política fiscal se suele decir que los estados deben gastar más para de esta forma sostener el crecimiento económico. De ahí también se deduce que no tiene sentido el estímulo fiscal. Algunos dicen que hay una excesiva propensión al ahorro sin darse cuenta de que la pirámide de población en Europa ha cambiado y cuanto mayor edad menos gasto y más propensión a ahorrar.
El gran problema de Europa es su bajo potencial de crecimiento. Nos obsesionamos con el PIB, pero nos olvidamos del crecimiento. Europa es una región sin grandes recursos naturales que puedan soportar sus economías. Por lo tanto, hay que sentar las bases para que los agentes económicos quieran situar sus negocios en nuestro territorio. Es decir: conseguir que la oferta se situé aquí. Para ello necesitamos:
- Fiscalidad moderada respecto a nuestros competidores internacionales.
- Sistema financiero robusto
- Administración pública que no moleste.
- Asignar correctamente los recursos públicos siendo esta política compatible con la disciplina presupuestaria.
- Competencia en los mercados: Es fundamental. Esto es lo que más necesitan las empresas como incentivo para mejorar y competir. Pero no sólo para competir en su ámbito territorial sino a nivel internacional.
- Y lo más importante: Invertir en capital humano, en conocimiento. Necesitamos un sistema educativo exigente y complementado con una fuerte formación profesional.
Europa en términos generales se está quedando atrás respecto a EE. UU., China o Corea. Dentro de Europa tenemos ejemplos de economías que están haciendo las cosas correctamente como son Holanda, Dinamarca, Suecia y Austria. Si tomamos decisiones correctas respecto a los 6 puntos anteriormente enumerados no perderemos el tren de las regiones económicas líderes. Y, por último, y como respuesta a la pregunta enunciada en el título de la conferencia, hay que decir que Europa vive tiempos de incertidumbre con cambios en el ciclo económico pero que no está ante una nueva recesión.
Si queréis, además, leer el resumen en la página oficial de la Fundación Rafael del Pino, podéis hacerlo en el siguiente link.
Buenisimo resumen!!
muchas gracias!!!
Gracias. Un saludo,